Luego de que Alejandro Canario respondiera nuestro cuestionario, les traemos la segunda parte con Pablo Vidal, Licenciado en Comunicación Social y creador del documental Asalto Hip-Hop. Con un estilo impecable, en el último tiempo se ha centrado en captar paisajes, animales en su hábitat natural y edificaciones.
1. ¿Qué tiene que tener una foto para que la consideres "excelente"?
Una foto para ser excelente tiene que, en primer lugar, llenar ese vacío y esas ganas previas a sacar la foto, en segundo lugar, tiene que generar curiosidad, debe mantener interesado al espectador, este tiene que desentramar y significar lo que siente al ver la fotografía. Es un arte que puede capturar información en millones de maneras diferentes, ya que dependiendo de donde te pares, vas a tener una visión distinta de esa instantaneidad. Aquí no hay perfección.
2. En porcentaje, ¿Qué tanto tiene que ver la cámara y qué tanto el fotógrafo/a?
Creo que es un 90% el fotógrafo y 10% la cámara. Se debe trabajar con las herramientas que uno tiene a su alcance. Obviamente que se buscará trabajar con lo mejor, pero no debe ser un objetivo que te ciegue. Hay que poner toda la energía en practicar, en la creatividad e indagar en la composición.
Le haría un lugarcito en ese porcentaje a la edición, que es otro trabajo que puede cambiar todo el rumbo y significado de una fotografía.
3. ¿Considerás que el trabajo del fotógrafo/a tiende a ser menospreciado?
Yo no creo que sea algo que afirme al 100%, porque personalmente me han llegado pocos comentarios negativos hacia la fotografía. A niveles generales, simplemente se ignora el trabajo detrás de este arte. No se sabe la aventura que conlleva fotografiar, el cuerpo que uno le pone a esto, y la postproducción, que igual genera un desgaste considerable. Simplemente se ignora el trasfondo.
Igualmente hay grandes trabajos y fotógrafos que siempre resignifican la profesión y, por suerte, también hay personas que aun requieren y se alimentan de la fotografía.
4. ¿Cuánto vale una buena foto?
Una buena foto vale tiempo y cuerpo, en la fotografía hay mucho de valor simbólico. El otro valor, el de los números, nunca me gustó combinarlo con la fotografía, me pone en un lugar incomodo.
La fotografía siempre funcionó en mí como una necesidad de salir, de investigar y con llenar mis ansias de buscar ese instante. Mi fotografía es algo muy íntimo, un contexto, una aventura quizá, o una idea. Todo ese proceso escondido es una comunicación que uno logra con ese instante que ya no va a estar más, entonces hay mucho de valor simbólico.