¿Qué se puede esperar de un dinosaurio más que pasos torpes y una visión jurásica? ¿Qué se puede esperar de un conductor televisivo que no acepta perder contra un joven de 26 años? Lo mismo que un dinosaurio, pero con más ruido y mucho menos atractivo.
Es difícil aceptar que estás perdiendo, más aún en un juego en el que supiste ser un número uno y hoy, con suerte apareces en el control remoto de aquellos que aún lo utilizan. Si fuera una competencia evidentemente estarían perdiendo, pero como no comprenden el game, ni siquiera comenzaron a jugarlo.
“Cada vez menos gente ve televisión y eso no es culpa nuestra, no es culpa de los streamers, no es culpa de Netflix. Es culpa de la propia televisión que no genera contenido de calidad hace años. La televisión necesita renovación e innovación. Hay un montón de jóvenes que estudiaron carreras relacionadas con el medio y ustedes no hacen ni siquiera entrevistas laborales”.
Matías Botero en “La Basura Semanal”.
La televisión ya no es atractiva como antes o, mejor dicho, lo televidentes cambiaron y los conductores lamentablemente no. Con un pensamiento que atrasa desconocen la perspectiva de género, creen que es gracioso reírse de las personas, o que hurgar en la basura de una persona no es decadente y ruin.
Ya no hablamos de rating porque una historia de Instagram de un “casi influencer” ya supera un programa de dos horas que habla de la separación de… y de la infidelidad de… Ya no hablamos de “nos vemos a la misma hora y por el mismo canal como todos los días” porque tu reloj no es el mío, por ende, yo veo lo que quiero cuando quiero. Y yo elijo no mirarte.
“Muchos de los que se quejan de que le está yendo mal a la televisión no hicieron mucho por la televisión. En los 90 lo más importante del negocio de la televisión eran los guionistas, los creativos. Siempre la televisión se sostuvo con creatividad y el negocio de la televisión se sostuvo con creatividad, con ideas. La dejaron morir más allá de que hay muchas plataformas”.
Pablo Granados en el episodio 6 de "Radahouse".
“Cállese que los adultos están hablando” decían tiempo atrás. Ahora ya pueden hablar tranquilos porque a nadie le interesa lo que dicen. Los jóvenes consumen los productos que ellos mismos producen, porque los encontraron más atractivos que los que veían en la televisión. Al final no estaba tan bueno ver como gente comía alrededor de la mesa todos los domingos con vajilla de plata, como parejas bailaban al ritmó del “3,2 1 DUEELOOO” o como algunos se volvían intrusos en la vida privada de otros.
Cuando los medios tradicionales intentan explicar las plataformas digitales suelen hacerlo de la manera incorrecta. ¿Por qué? Porque lo hacen desde una mirada adultocentrista, no lo hacen con la intención de explicar, sino con el objetivo de desprestigiarlas, a estas, a las personas que las utilizan y las que trabajan en ellas.
“Si todavía no se cayó tírenla, no miren televisión. La tele no existe, no miren más la tele. Tenés un millón de opciones de ver lo que a vos realmente te interesa”.
Pluzito, en DAMN.
“Ibai por estar al pedo en la casa todo el día tiene 6 millones de seguidores. Los jugadores nuestros hablan con los poderosos con los que ganan guita”, decía al aire el periodista Gustavo López luego de que el Kun Agüero eligiera a Ibai para hablar en su canal de Twitcht y no a él, en su programa “obsoleto” según Martín Pérez Disalvo, mejor conocido como Coscu. Creo que la decisión de Agüero de estar en un medio y no en otro, es más que razonable, si con uno juega, se ríe, y con el otro es “otra vez sopa”.
Conclusión
Este hilo de opiniones planteadas a lo largo de la nota tienen algo en común, todas coinciden en que el problema no es el objeto sino el producto que se trasmite en él. Si querés entretener a una persona inevitablemente es necesario contar con una pisca de creatividad para hacerlo, y eso se logra con gente creativa, dando lugar a nuevas ideas y no criticando lo desconocido.
Si en la comparación se está perdiendo, lo ideal es encontrar el problema y no ensuciar al que le va bien y encontró el éxito sin perjudicar a nadie. Unos trabajan en un estudio de televisión, otros lo hacen en pijama desde su casa comiendo yogurt. ¿¡Qué le vamos hacer!? Cosa de pibes, y pibas.