Generación Perdida, entre el trabajo en negro y los monotributistas

Generación Perdida, entre el trabajo en negro y los monotributistas

Por: Emiliano Díaz Nahuelanca
En una época donde los derechos laborales se encuentran en peligro de extinción y los CV son usados como platos para comer milanesa, varias generaciones de jóvenes comienzan a chocarse entre ellos en busca de un salario mínimo, porque exigir aquello que antes era un derecho hoy se ha vuelto un lujo.

El conseguir un trabajo en blanco actualmente se asemeja a la búsqueda del santo grial en Indiana Jones, la caja de pandora en Tom Raider o los horrocrux en Harry Potter, obviamente con menos magia, pero con más monotributistas.

“Se necesita persona proactiva, con ganas de trabajar, joven y con al menos 5 años de experiencia”, discúlpeme señor empleador, pero carezco de experiencia porque estaba ocupado estudiando. Discúlpeme señora, tengo la experiencia, pero creo que no encajo con su idea de “joven”. En fin, acá está mi CV, procure no mancharlo con mayonesa.

El que camina por la calle, con la cabeza afuera del WhatsApp, frecuentemente se ha topado con vendedores ambulantes de diversos rubros, muchos de ellos seguramente jóvenes. Si no los viste caminando quizás fue esa persona que te limpió el parabrisas del auto y le diste 10 pesos. “Muchas gracias, junto 15 como vos y me compro una docena de pan”.

Escena 1:
-          Vendo sándwich de milanesa. ¿Quiere comprar uno?
-          ¿Tiene permiso?
-          ¿Qué permiso?
-          MULTADO Y ENCAUTACIÓN DE MILANGAS



¿En qué momento trabajar para empresas como Rappi o Glovo se volvió normal? En el mismo momento donde hubo que priorizar la comida a la obra social. ¿Cuántas personas con títulos universitarios pedalean para llevar pizas, hamburguesas y papas con cheddar? Muchas, seguramente muchas más de las que uno puede imaginar.

Escena 2:
- ¿Dónde están mis papas con cheddar y mi coca light? Las pedí hace 15 minutos.
-Acá están.
-Muchas gracias señor licenciado



La frase “esta generación está perdida” se volvió el eslogan de un rango etario que, en lugar de arreglar las calles, cubrió los pozos con tierra o simplemente puso un cartel de “cuidado”. Y si, había que tener cuidado. Gracias por nada.
Lo que antes era difícil para algunos, ahora se volvió imposible para otros, ya no es cuesta arriba, ahora es picada. El meme “Mis padres a los 25. Yo a los 25” es un claro ejemplo de lo que dicha generación atraviesa, y como muchos de los memes, lejos está de ser una mentira. Quizás años atrás a los 25 podías soñar con una casa propia, ahora se sueña con llegar a pagar el alquiler.

Escena 3:
-          Mis padres a los 25: Acá vamos a vivir
-          Yo a los 25: Acá vamos a mimir



“Es difícil ver que a todos le va bien menos a uno”. Le confesaba un amigo a otro. A lo que este le respondió. “¿A quién le va bien?”.

Actualmente las horas de trabajo son cada vez más y cuando la jornada laboral se termina, comienza otra y esa persona, sin darse cuenta, dejó de trabajar 8 horas para hacerlo por 15. Ya no basta con un trabajo, ya no bastan las horas. ¿Qué horas es? Tengo sueño. Estoy cansado.
 
Conclusión
En ningún lugar de trabajo se debe especificar orientación política. Nadie pregunta. “¿te gustan los gatos o los títeres? “¿Ya de bebé o Ciudad Mágica? El fanatismo no sirve de nada, los resultados están a la vista. ¿Y mi CV? Sigue debajo de una milanesa.

No somos cool, pero si somos una “generación perdida” entre el trabajo en negro, los monotributistas y el desastre que dejaron.

PD: Ya nos vamos a encontrar.