En una entrevista radial, Ana Paoletti (delegada de Página 12) comentaba que una nota fotográfica la pagaban 1500 pesos (un monto que no debe variar de cualquier otro medio), lo cual invita a pensar lo siguiente:
¿Cuánto dura la pasión? ¿Se termina cuando empieza el hambre? ¿Cuántos profesionales dejan aquello para lo que se formaron debido a los bajos salarios y a la explotación laboral? ¿La precariedad laboral es violencia? Si para tener salud hay que tener plata, para comer hay que tener plata y para vivir hay que tener plata, entonces sí.
Episodio 1
-Empezás a trabajar mañana.
- ¿Y cuánto voy a cobrar?
-No sé, después vemos.
En la industria periodística abundan los monotributistas y el trabajo en negro, y si nos ponemos a pescar lo más probable es que los empleados en condiciones dignas sean los más difíciles de atrapar. Algunos medios de comunicación reciben altísimas pautas políticas y empresariales, sin embargo, esos ingresos nunca se ven reflejados en el salario de los profesionales.
Episodio 2
- ¿Me pasás algunas fotos? No te las puedo pagar, pero van con tu firma.
El periodista que escribe sobre la fecha de cobro de aguinaldo probablemente no lo cobre, el periodista que difunde el índice de pobreza seguramente esté inmerso en lo más bajo de esa estadística. El comunicador que habla sobre bono navideño, todavía está esperando el del año pasado.
Ofrecer salarios mínimos en un contexto crítico no es brindar una oportunidad laboral, es dar una invitación a ser explotado. Bienvenido. Tu pasantía no me sirve y tu experiencia tampoco, ¿Por qué? Por qué vos te pusiste un kiosco online para colgar carteles y acá no estamos para eso. Feliz día.
Episodio 3
-Necesito un redactor para trabajar cinco horas diarias.
-Genial.
-Puedo pagar 10 mil pesos mensuales.
-Ah.
PD: Que la necesidad de likes no mate el periodismo.