¿Qué se le dice a una persona que está llegando a los 30 y hasta el momento no ha conseguido un trabajo en blanco (de esos que vienen con todos los derechos laborales incluidos)? ¿Qué se le dice a una pareja de ancianos que venden pan casero afuera de su casa porque la jubilación no les alcanza para vivir? ¿Qué se le dice a esa persona que fue detenido, golpeado, humillado o multado por salir a trabajar en pandemia y luego se entera que en la Quinta de Olivos había una fiesta a la cual no fue invitado? Pase, la mesa está servida. Volvieron las PASO.
Otra vez vuelve el sufragio obligatorio a nuestra querida Argentina, el país dueño de la última Copa América, así como también de una gran cantidad de pobres, promesas incumplidas y precandidatos dignos de una pista de Showmatch.
Durante esta campaña tragicómica nos enteramos que en el peronismo “siempre se garchó”, que no es lo mismo fumar marihuana en Palermo que en la 1-11-14 y que Milei ya se autoproclamó el “rey de un mundo perdido” (perdido “por los zurdos de mierda” seguro). Moreno le quiere dar Perón a nuestra vida (no gracias), La Santileta se quedó a un día de arrancar (no compró bujías Hescher) y Castañeira quiere un salario mínimo de $100.000 (esa hiperinflación si se puede ver).
“Estas elecciones son una temporada más de Gran Hermano. Solo que en vez de mandar un sms hay que ir a votar”, dijo un usuario en Instagram, y es que por lo menos a dos ex participantes ya los tenemos en carrera: Brian Lanzelotta se postula como concejal de La Matanza y Cinthia Fernández es precandidata a diputada nacional. Amalia Granata llegó primero.
Como si todo esto fuera poco, Berni hizo un spot político sin ser candidato y encima afirmó que lo hizo con recursos del Estado. A Delfina Ezeiza le filtraron un twit del 2019 pidiendo la vuelta de Videla y Griselda Galleguillos citó a Nathy Peluso, “tu honestidad barata no me baja la bombacha”.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en julio una familia tipo necesitó de $100.000 para ser considerada de clase media y según el INDEC el índice de pobreza actualmente está sobre el 40%. Mientras los precandidatos hacen historias de Instagram, reels y tik toks, el país tiene el 40% de su población en la pobreza. Muchas historias, pocas propuestas. Mucho menos soluciones.
Las promesas de “la Argentina que queremos”, el “futuro que nos merecemos” quedaron viejas, porque ese futuro del que hablaban muchos se volvió presente, y el presente sigue igual que antes. Triste.
“Chicus, para que ahorren tiempo todos: no por hacer un rap o por decir buenardo un joven los vota. Prueben con hablar de trabajo, de acceso a la primera vivienda digo… la cosa está difícil y me parece que no somos nosotros los inmaduros del debate”, escribió Ofelia Fernández en su cuenta de Instagram. Podés estar de acuerdo o no con su frente político, pero no podés negar que está en lo correcto.
De la tierra del Diego, el mate y el dulce de leche llegaron las Paso 2021, la mejor fábrica de memes que una elección pudo dar.