Hoy en día a la creatividad se le ha presentado uno de sus peores enemigos, quizás uno más grande que el bloqueo o la falta de inspiración. He aquí, el algoritmo.
Las redes sociales exigen la creación constante de contenido, no importa si sos músico, comunicadora, pintor, bailarín o mago, si no estás dispuesto a entregar tu vida a la búsqueda de likes, seguidores y reproducciones, chau. ¿Calidad o cantidad?
Según datos de We are Social, los argentinos le dedican 3,35 horas por día a las redes sociales.
Constantemente se ve a diversas personalidades pidiendo que interactúen con su contenido porque el algoritmo "los tiene bloqueados" por no subir lo que sea a sus cuentas. Y he aquí una importante decisión "¿Subo lo que sea?" En mi opinión, depende la búsqueda que se persiga.
Un estudio de Statista señala que hay cerca de 34,46 millones de personas que utilizan las redes sociales en Argentina.
El artista necesita tiempo, necesita chocarse con el vacio, con la hoja en blanco, con la frustración, para así luego volver a empezar. Una pintura no se hace con la estadísticas de Instagram y una canción no se crea con las métricas de Facebook, mucho menos con los tiempos de TikTok. Las redes hacen bien para la difusión, pero no tan bien para la creatividad.
¿Un consejo? No hay consejos. O quizás si, solo uno: ser fieles a uno mismo. Si su cabeza dice "por ahí no", definitivamente no es
por ahí.