Hay trabajos que están llenos de incógnitas y rodeados de prejuicios, los cuales los vuelven oficios tabú. Y si bien suelen ser trabajos conocidos, cuando se habla de ellos suelen surgir varias preguntas desde la curiosidad que no siempre suelen realizarse.
Franco tiene 28 años, es stripper y de a poco sus propuestas comienzan a abrirse paso en la ciudad. Como su trabajo, lo demanda, sus respuestas están rodeadas de suspenso, evidentemente para dar lugar a la imaginación, un accionar digno de su oficio.
-¿Cuándo decidiste ser stripper?
Me fui desinhibiendo poco a poco. Así también recibiendo diversas propuestas. En las cuales tenía menos ropa que la anterior.